El éxito de un negocio depende básicamente de las ventas que se lleven a cabo. Pese a poner en práctica distintos tipos de estrategias, no todas las empresas consiguen los resultados esperados. Sin embargo, existen algunos métodos que han destacado en los últimos tiempos por su gran efectividad, como ocurre con la mezcla de mercadotecnia.
Este sistema consiste en el conjunto de variables que permiten generar una adecuada estrategia de mercado, satisfacer las necesidades del cliente y facilitar a las compañías alcanzar sus objetivos comerciales. La combinación de todos estos factores hace que se estreche el vínculo entre empresa y consumidor, lo que se traducirá en un aumento de las ventas.
Los distintos conceptos incluidos en la mezcla de marketing
Este concepto fue ideado en la década de los 40 por el profesor de Marketing de la Universidad de Harvard James Culliton, siendo perfeccionado posteriormente por Jerome McCarthy. Partía inicialmente de las 4P, cómo son producto, precio, punto de venta y promoción. Sin embargo, se le irían sumando con el tiempo otros tres elementos como las personas, proceso y presencia.
Producto
El primer detalle en el que se debe reparar dentro de la mezcla de mercadotecnia es en el producto, en la oferta que pone a disposición del público la empresa, que puede ser tanto un bien físico como un servicio. Este término engloba todos los elementos que inciden en la manera en que los clientes perciben la oferta. Para mejorar es preciso analizar los factores que entran en escena y modificar aquellos que nos permitan obtener unos mejores resultados con el propósito de captar nuevos clientes y fidelizarlos.
Entre otras cuestiones habrá que preguntarse qué necesita mi público, para qué sirve el producto que comercializo, el nombre que puede conectar mejor con la audiencia y que le hace diferente al resto. Una vez que demos respuesta a esto y a otras cuestiones, resultará más sencillo darle al consumidor lo que demanda en el formato, diseño y funcionalidad adecuados.
Precio
El precio determina el coste que deberá abonar el usuario por hacerse con el bien o servicio que se pone a la venta. Es un aspecto a tener muy en cuenta, ya que acabará condicionando las opciones de comercialización. Cuanto más barato sea, más probabilidades hay de que llegue a un público más numeroso y distinto. Por su parte, cuando presente un precio elevado, adquirirá la condición de exclusivo y no contará con un gran volumen de ventas.
Para evaluar este elemento hay que preguntarse cuánto ha costado producir la oferta de productos, los precios que tiene la competencia, cuánto estaría dispuesto a pagar el cliente, la cantidad que se espera ganar y si un precio más reducido ayudaría a elevar las ventas.
Punto de venta
El punto de venta, también se le conoce como plaza, y hace referencia a los sitios en los que se ofrecen los artículos, ya sea un medio físico o digital. A la hora de analizar este factor son varias las preguntas que deberías formularte. Entre ellas, dónde se pueden obtener mis ofertas, el formato en el que se comercializará, cómo deben mostrarse los productos en los lugares físicos, qué diseño debe tener el sitio web y si el medio utilizado consigue satisfacer la demanda del público, entre otras cosas.
Promoción
La promoción implica las diferentes estrategias que se siguen para que la oferta llegue al mayor número posible de personas. De no llevar a cabo esta medida, siempre se corre el riesgo de que el producto o servicio que se preste caiga en el olvido.
Entre otras cosas, hay que cuestionarse a través de qué medios conseguiremos que la marca sea conocida, qué canales son los más adecuados para llegar al público, si es posible darle a la oferta un diseño estacional, si un plan SEO es lo más adecuado y analizar las posibilidades de invertir en publicidad pagada.
Personas
Gran parte del éxito de cualquier negocio reside en entender las necesidades y expectativas de las personas, y para ello será preciso mantener una relación estrecha con el público. Entre otras cosas, será necesario disponer de una serie de información respecto a ellos, como la edad, el sexo y clase económica.
No solo hay que reparar en las personas como potenciales clientes. También hay que prestarle atención al equipo humano que integra la empresa y que debe estar al tanto sobre el funcionamiento del negocio. En la medida de lo posible hay que buscar que permanezcan motivados para que resulten más productivos.
Proceso
El proceso se refiere al conjunto de flujos de trabajo, métodos y procedimientos desarrollados por la compañía. Deben ser analizados de manera permanente para que se ajusten lo mejor posible a las demandas del usuario, personal y negocio.
Cuando se modifican los procesos para ajustarlos a los requerimientos del consumidor, eso permitirá que el público adquiera una mejor percepción sobre nosotros, situando a la marca en una posición de privilegio.
Presencia
El último elemento incluido en la mezcla de mercadotecnia es la presencia. Este factor se centra principalmente en la percepción que tienen los clientes sobre aquellos elementos de la empresa que puedan ser percibidos por el público, como la calidad de un producto, instalaciones, atención del personal o infraestructuras, entre otras cosas.
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